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El primer brote de ébola ocurrió en 1976, en Nzara en Sudán y en Yambuku (ex Zaire y actual República Democrática del Congo). Son conocidas cinco especies de virus clasificadas en el genero ébolavirus, tres de ellas abaten el continente africano. Se constató que todos los brotes de subtipos de ébola comenzaron en África, especificamente, en los siguientes países: Gabón, República Democrática de Congo, Costa Marfil, Uganda, Sudán y Sudán del Sur. La tasa de mortalidad en estos países fue, en promedio , 70% de las personas infectadas.
En la actual crisis epidemiológica enfrentada por el continente africano, de acuerdo con Gonzalo Basile (2014), las tres dimensiones analizadas para dimensionar la gravidad del brote fueron: la rápida propagación de la enfermeda, más de 1700 casos en cuatro países que resultaron en aproximadamente 930 mortes; la alta letalidad, por encima de 54% de los casos; y, por último, las condiciones de vida y la debilidad estructural de los sistemas de salud pública de África yá daban lugar a la ocurrencia de este tipo de enfermedad.
El vírus de ébola es nuevo en los cuatro países afectados actualmente. Por lo tanto, es urgente y necesário, fortalecer las capacidades de respuesta de los sistemas de salud, promover estratégias de educación popular para la salud a través de medidas educativo-pedagógicas de promoción, protección y vigilancia de salud de las comunidades afectadas, especialmente con casos confirmados.
Hay que recordar, también, que el vírus de ébola es transmitido al ser humano por medio de contacto con fluídos corporales de animales salvages y se propaga en las poblaciones de la misma forma, entre seres humanos. Por lo tanto, es necesário, también, cuidados veterinários a fin de monitorar la enfermedad en animales, bien como la implementación de medidas de bio-seguridad para limitar la transmisión.
El brote de ébola en el continente africano nos hace repensar las acciones humanitarias y de cooperación internacional. Es necesário discutir para qué, por qué y quién define las necesidades de salud pública para dar respuestas a las crisis humanitarias como en este caso.
En julio del 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) promovió una reunión con ministros de Salud de África Occidental con el objetivo de estabelecer acciones para combatir el brote de ébola. Dentro de las acciones prioritárias se destacó “la importancia de trabajar y compartir experiencias con los países que tengan enfrentado un brote de ébola, en el espírito de la cooperación Sur-Sur”.
Se necesita, por lo tanto, de una estratégia intersectorial de respuesta: apoyar y complementar acciones de los Estados, dando expertise, capacidades y recursos. Distinguiendose, aquí, la Cooperación Norte-Sur que a través de su ayuda humanitária y cooperación pueden acabar perpetuando la dependencia y lo que podemos llamar de una nueva forma de colonialismo.
La Cooperación Sur-Sur busca una acción diferenciada de estos problemas, en especial a la epidemia actual. No podemos continuar esperando acciones de los países del Norte. La Cooperación Sur-Sur a partir de otra visión de mundo y enfocada en la salud internacional devería comenzar a desempeñar un papel mucho más activo en esas situaciones. La crisis humanitária y epidemiológica de ébola en África puede ser una oportunidad más de desafíos conjuntos.
(¹) Rio de la República Democrática de Congo donde surgió, en 1976, el primer brote de una enfermadad mortal y desconocida que acabó siendo conecida con el nombre de este río africano.
**Artículo de la investigadora de Nethis Maíra Fedatto, maestrada en Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasília. Fedatto investiga la Cooperación Sur-Sur con un focus en África
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