Acciones y hechos

Notícia publicada em:

  • 6 de Janeiro de 2015

Explicaciones superficiales para la corrupción son tentadoras, pero tienen un prazo un periodo de tiempo de validad limitado

perfil-ligia-bahia

Ligia Bahia, profesora de la UFRJ. Foto: O Globo

Uno tiene que estar de acuerdo que el clima de fiestas de fin de año no es de euforia. Dada la exposición de las entrañas de grandes “modelos” de negocios filtrados por la corrupción, una inmensa perplejidad. Lo que no faltan, ni al gobierno ni a las empresas privadas, gobernanza, sello de calidad, transparencia y supervisión de los organismos internos y externos de auditorías, la forma de evitar que los apetitos de las clases empresariales y políticos no resueltos tienen la apropiación indebida como estuario de los fondos públicos? En las últimas décadas, Brasil reemplazó un número grande de personal burocrático del Estado y se unió con entusiasmo a los perceptos de la gerencia pública. Mantuvo, a pesar de algunos avanzes, inmensas desigualdades sociales, entre las cuales, las de exposición a riesgos y de aceso y utilización de servicios de salud. Explicaciones superficiales para la corrupción son tentadoras, pero tienen un período de tiempo de validad limitado. El “siempre fue así” o “eso es cosa de ese gobierno” o mismo las palabras de los profetas que jamás se sorprenden no son suficientes. La modernización de los métodos de gobierno es el rebajamiento de la política al cálculo electoral y a los pequeños intereses producen efectos contradictórios. Recientemente, dirigentes de la Secretaria estatal de Salud de Tocantins, que recibió un premio a la inonvación, fueron acusados y presos por desvío de recursos. Puede parecer extraño, pero es probable que ambos procesos, mejoría de las formas de gestionar determinados recursos y corrupción, hayan ocurrido simultaneamente. Acciones anunciadas no son necesariamente coherentes com los hechos previstos.

La historia de la salud está llena de gestos e iniciativas sin finalidades de cualquier recompensa que alteraren el curso del proceso salud-enfermedad e innovaciones terapeuticas. Algunas de ellas son bien reconocidas y originaron biografias, estudios científicos y películas. A mediados del siglo XX, Vivien Theodore Thomas, un técnico de laboratório negro, habilidoso inventor, prohibido de cursar Medicina, fue admitido como asistente del cirujano Alfred Blalock y se tornó pionero del tratamiento de cardiopatias congénitas. La Universidad Johns Hopkins le otorgó en 1976 un doctorado honorário. Fue uno de los primeros médicos que realizó cirugia de corazón abierto en los Estados Unidos. Eunice Rivers, enfermera del proyecto Tuskegee, iniciado en los añs 1930, en Alabama, basado en la negación de tratamiento para negros com sífilis, incluso a partir de 1945, con la diseminación de la penicilina, confortó a los “conejillos de indias” y contribuyó para hacer públicos los objetivos del estudio. La experiencia solo fue acabada con la divulgación de denúncias del historiador James Jones, autor del libro “Bad blood” (sangre mala), considerado un marco de la bioética, y el reportage de Jean Heller publicado en 1972 en el “New York Times”. El gobierno americano pagó indemnizaciones para más de seis mil personas. En 1997, Bill Clinton pidió disculpas formales a los cinco sobreviventes del experimento.

Las células HeLa, iniciales de Henrietta Lacks, donadas por una mujer con cancer que murió con 31 años en 1951, hicieron posibles nuevas investigaciones de microbiologia del cuerpo humano. Las células de Henrietta, que permanecieron vivas, fueron usadas para la producción de la vacuna contra la poliomielite e inicialmente distribuídas libremente a diversos laboratórios y cultivadas para estudios sobre neoplasias y síntesis proteica. Posteriormente, las celulas pasaron a ser comercializadas. El contraste entre el logro científico y la falta de información a la familia Lacks y los lucros de las gigantescas corporaciones de medicamentos e investigación genética influyó la adopción de normas sobre la donación de material biológico.

El trabajo del fotógrafo Luiz Alfredo Ferreira, en 1961, para la revista “O Cruzeiro” y la pelicula de Helvécio Ratton “En nombre de la razón”, divulgado en 1979, sobre el hospício en Barbacena, fueron esenciales para desvelar el denominado holocausto brasileño. Desde entonces, psiquiatras, psicólogos brasileños y cientificos internacionales siguen revelando las condiciones sub-humanas de las internaciones psiquiátricas, el macabro comercio de cadáveres entre los hospícios para las clases de Anatomía de facultades de Medicina y el uso de los manicomios para encerrar presos políticos. La legislación sobre la reforma psiquiátrica promulgada en 2001 no acabó las polémicas sobre la salud mental, pero ciertamente representó el reconocimiento de la deshumanidad doe los depósitos institucionalizados de las personas. Thomas Maack, médico y fisiologista formado en la USP, uno de los investigadores presos de los años 1960, desarrolló una brillante carrera y actualmente se dedica la educación médica. Lideró la reforma del currículo médico en Cornell, una de las mejoeres universidades en EEUU, y tiene posiciones claras sobre los problemas de las escuelas médicas brasileñas. Afirmó, en el 2014, que muchas de nuestras facultades médicas, fuera de las conocidas exepciones, no serian reconocidas en los países desarrollados y que la enseñanza de Medicina de calidad no dá lucro.

Actos movidos por los interesses comúnes desencadenan solidaridad y hechos. Es incorrecto combinar las acciones de la sociedad y las deliberaciones de los gobiernos. Con todo es “decisionismo” y las creencias de que modelos propuestos se vuelven automaticamente realidad reducen el papel central de la esfera pública de definir temas relevantes y permitir el encuentro de voluntades contrarias. A propósito: el gobierno federal será contra, a favor, o antes a lo contrario, del aumento de las inverciones extranjeras en estabelecimientos de salud? Adoptará alguna orientación sobre los evidentes fracasos financeros y asistenciales de empresas de planos de salud? Todo eso está pasando ahora, delante de nosotros. Pero salud y la subida de las tasas de retorno para invertidores son antagonismos políticos y no caprichos personales o contables. No existe una poción mágica para curar quien está arrebatado por certezas, lo que importa ahora es el año nuevo, en el cual los adjetivos y la ilusión de tomar procedimientos administrativos por hechos concretos pueden ser deslocados a favor del debate y de la participación.

Ligia Bahia é professora da UFRJ

ligiabahia55@gmail.com

Fuente: O Globo.